domingo, 10 de noviembre de 2019

1 Y 2 CRÓNICAS. PRINCIPIO DEL PROCESO.

El decurso de la historia se desenvuelve por la aplicación rígida y estrecha del principio de la retribución: la fidelidad a la ley, concretamente a las exigencias del culto, determina el destino de cada rey individualmente, en el espacio de su vida; pero el autor, aleccionado por Ezequiel, deja espacio para la conversión, que cambia el curso de la retribución. Solamente los reyes "buenos", o en su etapa buena, ganan batallas y erigen edificios; cuatro reyes "buenos" ocupan casi la mitad del libro. Para que el principio funcione, el autor no tiene inconveniente en inventar pecados y conversiones. La teoría es más importante que los hechos, y el relato se transforma en parábola. Frecuentemente, la sanción suena en un oráculo profético, fabricado por el autor. Dichos oráculos y los discursos de personajes importantes resumen bastante bien las directrices simples del autor. También el principio de la retribución concentra.

Pero la concentración no impide una cierta disgregación: la elección del pueblo en muchas elecciones menudas, la responsabilidad del pueblo en la de los reyes, la ley en numerosos preceptos.

Además del proceso sucesivo, ¿cultiva el autor una mirada hacia el futuro, escatológico o mesiánico? En algunos momentos parece esperar la restauración de la dinastía bíblica; en el resto el autor parece contentarse con que la vida religiosa del pueblo continúe. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario