domingo, 10 de noviembre de 2019

1 CRÓNICAS. CAPÍTULO XVII.

Promesa dinástica y oración de David (2 Sm 7,1-29)

171Cuando David se estableció en su casa, le dijo al profeta Natán:
-Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, y el arca de la alianza del Señor está debajo de unos toldos.
2Natán le respondió:
-Anda, haz lo que tienes pensado, que Dios está contigo.
3Pero aquella noche recibió Natán esta palabra de Dios:
4-Ve a decir a mi siervo David: Así dice el Señor: No serás tú quien me construya la casa para habitar. 5Desde el día en que liberé a Israel hasta hoy no he habitado en una casa, sino que he ido de tienda en tienda y de santuario en santuario. 6Y en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé gobernar a mi pueblo, que me construyese una casa de cedro? 7Pues bien, di esto a mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel. 8Yo he estado contigo en todas tus empresas: he aniquilado a todos tus enemigos. Te haré famoso, como a los más famosos de la tierra; daré una tierra a mi pueblo, Israel, 9lo plantaré para que viva en ella sin sobresaltos, sin que vuelvan a abusar de él los malvados como antaño, 10cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel, y humillé a todos sus enemigos; además, te comunico que el Señor te dará una dinastía. 11Y cuando te llegue el momento de irte con tus padres, estableceré después de ti a un descendiente tuyo, a uno de tus hijos, y consolidaré su reino. 12Él me edificará un templo y yo consolidaré su trono para siempre. 13Yo seré para él un padre, él será para mí un hijo; y no le retiraré mi lealtad, como se la retiré a tu predecesor. 14Lo estableceré para siempre en mi casa y en mi reino y su trono permanecerá eternamente.
15Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras. 16Entonces el rey David fue a presentarse ante el Señor, y dijo:
-¿Quién soy yo, Señor, Dios, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí? 17Y por si fuera poco para ti, Dios mío, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, Señor, Dios. 18¿Qué más puede añadir David en tu honor, si tú conoces a tu siervo? 19Señor, por amor a tu siervo y según tus designios, han sido magnánimos con tu siervo, revelando todas estas maravillas. 20Señor, como hemos oído, no hay nadie como tú, no hay Dios fuera de ti. 21¿Y qué nación hay en el mundo como tu pueblo, Israel, al que Dios ha venido a librar para hacerlo suyo y ganarte renombre con prodigios terribles en su favor, expulsando a las naciones ante el pueblo que libraste de Egipto? 22Has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. 23Ahora, pues, Señor, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. 24Que tu nombre perdure y sea siempre famoso. Que digan: <<El Señor de los ejércitos es Dios de Israel>>. Y que la casa de David permanezca en tu presencia. 25Tú, Dios mío, has revelado a tu siervo que le edificarás una casa; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. 26Ahora, Señor, tú eres el Dios verdadero, y has hecho esta promesa a tu siervo. 27Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo para que esté siempre en tu presencia; porque lo que tú, Señor, bendices, queda bendito para siempre.

Explicación.

17 Según la tradición oficial, David quiso construir un templo al Señor, y el Señor no se lo permitió por su pasado belicoso; a su hijo Salomón, el pacífico, tocaría tal honor. Había que respetar esta tradición, y el autor la recoge en el presente capítulo; incluso en los dos siguientes nos muestra a David empeñado en batallas y ganando victorias, o sea, haciéndose incapaz de construir el templo. Pero ya que es imposible cambiar lo que todos saben, el autor, con sus adiciones, hará de David el autor moral del templo.

Él adquiere el terreno (cap. 21, según la tradición), reúne los materiales para la construcción (22), sacerdotes (24), cantores (25), porteros o guardianes (26). Después de terminar rápidamente la organización militar y administrativa del reino (27), él mismo prepara y consuma la sucesión dinástica. Los trámites y ceremonias de dicha sucesión están totalmente polarizados por el templo. Después puede morir tranquilo.

Esta imagen no se parece mucho a la que ofrecía la tradición, tan humana y dramática. En compensación, la importancia del templo crece sin medida. Es como si las personas, incluso el gran David, vivieran simplemente para realizar esa obra material; que para el autor no es simplemente material, porque significa la presencia del Señor dando ser y persistencia a su pueblo.

El capítulo sigue muy de cerca, con ligeros retoques, a 2 Sm 7.

17,1 Esta alianza del Señor ligada al arca es la alianza mosaica, a la que el autor alude de varios modos, evitando darle importancia primordial.

17,6 Las andanzas por el desierto y los cambios durante la era de los Jueces tienen valor ejemplar, revelan algo importante sobre la presencia y asistencia del Señor. Ahora la monarquía estable de David introduce un elemento nuevo, también al servicio de esa revelación.

17,11 Subraya el carácter individual de la promesa: el descendiente es Salomón.

17,14 Israel seguirá siendo casa y reino del Señor; por eso el rey no será más que vasallo o virrey.

17,21 En 2 Sm 7 es el pueblo quien ganó renombre.

17,24 El nombre del Señor "perdura" en la invocación del pueblo y el reconocimiento de los extranjeros.

17,25 En vez de "Dios de Israel" dice "Dios mío", indicando la relación personal.

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